Libro muy reconocido dentro de la literatura boliviana. Los cuentos reunidos en este libro marcan un cambio sustantivo en el acercamiento literario a la realidad boliviana. Como la critica lo ha señalado este texto abre la narrativa boliviana a lo fantástico y lo imaginario. Este cambio no es solo formal, sino que también implica una nueva manera de entender la realidad boliviana. Sus páginas llevan al lector fácilmente de lo habitual y cotidiano a dimensiones desconocidas de la realidad: un viaje en un tranvía que se convierte en pesadilla infinita, muertos que vuelven para amar a los vivos, rostros que se congelan para no perder la belleza, mujeres reales e imaginadas. Estas son metáforas que nos dicen que la realidad no es tan confiable ni clara como parece y que siempre estamos al borde de otras realidades: enigmáticas, amenazantes, intensas, mortales muchas veces. Como dice el narrador del circulo: Hay una zona de la conciencia que se toca con el sueño, o con mundos parecidos al sueno.